Los hombres recién convertidos en padres con frecuencia experimentan cambios en el deseo sexual por las madres de sus hijos recién nacidos, que puede aumentar o disminuir en función de factores independientes de los cambios físicos provocados por el parto, halló un estudio reciente.
La fatiga y el estrés provocados por la paternidad reciente pueden provocar una pérdida del deseo en el cónyuge (ya sea hombre o mujer) de la madre del bebé, según la investigación publicada en la edición en línea del 1 de agosto de la revista Journal of Sexual Medicine.
Al mismo tiempo, los cónyuges pueden sentir un mayor deseo basado en una necesidad de intimidad o en la percepción de que el nuevo bebé limita la cantidad de tiempo disponible para las relaciones sexuales.
"Hallamos que, igual que las madres biológicas, los papás o las segundas mamás experimentan máximos y mínimos en el deseo sexual tras el parto", apuntó la autora líder Sari van Anders, profesora asistente de psicología y estudios de la mujer de la Universidad de Michigan, en Ann Arbor. "El deseo sexual alto en el otro padre en este periodo se vio influido no solo por el interés sexual, sino también por el sentimiento de intimidad. El deseo bajo fue influido no por la falta de interés de la pareja o el estatus de lactancia, como se supone más generalmente, sino por la fatiga y el estrés".
Hasta ahora, la investigación se ha enfocado en la forma en que el alumbramiento afecta el deseo sexual de las madres biológicas, por lo general evaluando el impacto de los cambios hormonales o la curación que ocurre tras el parto, apuntaron los autores del estudio.
Este estudio buscaba evaluar los efectos del nacimiento sobre los cónyuges. Contó con 114 cónyuges (95 hombres y 18 mujeres) de mujeres que habían dado a luz, quienes rellenaron un cuestionario en línea sobre su sexualidad en los tres meses tras el nacimiento de su hijo más pequeño.
Los factores relacionados con los cuidados del niño y la intimidad personal fueron más importantes para el deseo sexual que cualquier cambio físico u hormonal en la madre biológica, reveló la encuesta.
"Los investigadores por lo general se han enfocado en las madres biológicas como una influencia negativa sobre el deseo sexual de sus parejas de sexo masculino, quizás debido a la lactancia, a la falta de interés o los problemas vaginales tras el parto", apuntó van Anders. "Al contrario de estas suposiciones, nuestro trabajo empírico demostró que los cónyuges (hombres y mujeres) experimentan un deseo bajo tras el parto debido a la fatiga, el estrés y [la falta] de tiempo libre".
La fatiga personal es el freno principal del deseo sexual en los cónyuges de las madres biológicas, seguida por el estrés y una falta de tiempo disponible.
El deseo sexual, el nivel de interés sexual de su pareja, y los sentimientos de intimidad eran los principales factores que impulsaban a un deseo sexual alto.
"No debería resultar sorprendente que los factores relacionados con el cuidado de un recién nacido puedan afectar negativamente al deseo sexual, pero nuestro estudio es uno de los primeros en mostrarlo", apuntó van Anders. "Además, hallamos que los cónyuges también experimentan un alto deseo tras el nacimiento, en general influenciado por los sentimientos de intimidad y el interés sexual".
Algo interesante es que las limitaciones de tiempo se mencionaron como freno y como afrodisíaco por los encuestados. Alrededor del 40 por ciento mencionaron la falta de tiempo como uno de los tres principales frenos del deseo sexual, mientras que el 28 por ciento lo citaron como uno de sus tres principales fuentes de deseo.
Un experto describió la forma en que esta importante transición vital afecta a las parejas.
"Definitivamente hay un periodo de ajuste en que los padres deben darse cuenta de que aspectos de su relación han cambiado", apuntó Brian Swope, terapeuta familiar y matrimonial de Filadelfia. "Quizás lleve más tiempo que algunas cosas vuelvan a ser como antes".
El estudio también halló que la actividad sexual postparto por lo general consiste en la masturbación y el sexo oral. Alrededor del 74 por ciento de los cónyuges reportaron masturbarse en las primeras seis semanas tras el parto, mientras que el 58 por ciento recibieron sexo oral. Apenas el 34 por ciento reportaron coito vaginal en el mismo periodo.
"Hay una expectativa de que pasará tiempo antes de que el coito vuelva a la normalidad", dijo Swope. "Los participantes realmente lo comprendían, así que quizás se dé más importancia a otras formas de sexo o de sexualidad".
Más información
Para más información sobre la sexualidad tras el parto, visite laAsociación de Profesionales de la Salud Reproductiva (Asociation of Reproductive Health Professionals).
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