jueves, 28 de mayo de 2020

Tendinitis rotuliana o rodilla del saltador: una patología muy frecuente en los corredores

Tendinitis rotuliana o rodilla del saltador: una patología muy frecuente en los corredores

Es domingo y te toca hacer la tirada larga de la semana: estás preparando tu próxima maratón, te quedan unos dos meses por delante aun pero ya llevas al menos otro de preparación específica con carrera y entrenamiento de fuerza, y hoy tienen que caer unos 16 kilómetros a un ritmo tranquilo.

Te pones los calcetines con cuidado de que no queden arrugas para evitar las temidas ampollas, te atas los cordones de las zapatillas de modo que no te aprieten ni hagan daño pero vayan seguras y comienzas a trotar. Alrededor del kilómetro diez empiezas a notar una ligera molestia en la parte delantera de la rodilla, justo por debajo de la rótula; "bueno, voy a continuar a ver si se pasa", piensas, porque todavía quedan unos cuantos kilómetros por delante.

Pero no solo no se pasa, sino que el dolor va a más: comienzas a sentir la rodilla rígida y te empieza a flojear la pierna, con una sensación de que te fueras a caer a cada paso. Finalmente, te detienes alrededor del kilómetro 13, mitad enfadado por no haber podido terminar la tirada y mitad asustado porque no sabes bien qué pasa y si podrás seguir entrenando para esa maratón que tienes en programa.

Si tú también has sentido esto en alguna ocasión, es probable que sufras de tendinitis rotuliana, más conocida como la "rodilla del saltador". Te contamos todo lo que necesitas saber sobre esta patología: por qué se produce, cuáles son sus síntomas y cómo es su tratamiento.

¿Qué es la tendinitis rotuliana?

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Para entender qué es y por qué se produce la tendinitis rotuliana primero debemos saber cómo funciona la rodilla. En la articulación de la rodilla participan diferentes músculos, tendones y huesos que facilitan el movimiento de la misma, siendo los más importantes el cuádriceps, el tendón del cuádriceps, el tendón rotuliano, la rótula y la tibia.

El tendón rotuliano puede inflamarse cuando recibe muchos microtraumatismos, como puede ocurrir en una carrera larga

El tendón rotuliano es una banda de tejido ancha que se inserta entre la rótula y la tibia, uniendo ambos huesos. Junto con el tendón del cuádriceps y con el cuádriceps facilita el movimiento de flexión y extensión de la rodilla: un movimiento repetitivo que realizamos al hacer algunas actividades (con mayor o menor impacto) como correr, caminar o saltar.

La tendinitis rotuliana se produce cuando hay una inflamación del tendón del cuádriceps (el sufijo -itis referido a las patologías quiere decir que existe una inflamación), lo cual produce dolor en esa zona cuando se producen determinados movimientos.

¿Por qué se produce la tendinitis rotuliana?

La rótula es un pequeño hueso triangular situado en la zona delantera de la rodilla que actúa como palanca a la hora de realizar la flexión y extensión de esta articulación: es un hueso fundamental porque aumenta la eficacia del cuádriceps, deslizándose hacia arriba.

Cuando debido a una sobrecarga de trabajo se producen muchos microimpactos en la rodilla (como por ejemplo una tirada larga en la que recorremos muchos kilómetros y, evidentemente, damos muchos pasos: cada vez que apoyamos el pie en el suelo en la fase de aterrizaje de la pisada se produce un impacto contra el pavimento que llega hasta las articulaciones) el tendón puede inflamarse, produciéndose así la tendinitis rotuliana.

Una mala amortiguación del calzado que usamos para correr, un sobreentrenamiento o una mala técnica de carrera pueden favorecer que aparezca esta patología. La parte positiva es que todos estos son factores que nosotros podemos controlar para evitar en la medida de lo posible la aparición de la lesión.

Los síntomas de la tendinitis rotuliana

¿Qué se siente cuando sufrimos una tendinitis rotuliana? Básicamente lo que explicábamos al principio del artículo. Los síntomas más comunes son los siguientes:

  • Dolor en la zona frontal de la rodilla, concretamente debajo de la rótula
  • Sensación de debilidad en las rodillas, ya que al inflamarse el tendón la articulación pierde parte de su apoyo
  • Sensación de rigidez en la articulación (como os conté que me ocurrió en mi primera maratón alrededor del kilómetro 36, evidentemente por una sobrecarga tras tantos kilómetros recorridos)
  • Dolor al flexionar la rodilla
  • Dolor en el cuádriceps o en la pantorrilla, o en ambos

El tratamiento de la tendinitis rotuliana

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La tendinitis rotuliana, como cualquier otra patología, debe ser diagnosticada por el personal médico. Si notamos un dolor en la rodilla mientras corremos que podamos identificar con esta patología, la recomendación siempre será acudir a nuestro fisioterapeuta, que es quien nos va a poder diagnosticar y tratar en función de cómo sea nuestra lesión y del grado en el que se encuentre.

En el caso de la tendinitis rotuliana existen cinco grados diferentes en los que se puede encontrar la lesión y se numeran del uno al cinco, siendo lo más habitual una patología entre leve y moderada que puede tratarse en consulta. En el caso de tratarse de una patología grave puede incluso requerir tratamiento con cirugía (se extrae la parte del tendón más afectada o se realizan unos cortes en los laterales para reducir la tensión de la zona central del tendón).


El reposo (total o parcial) y el uso de una banda Chopat pueden reducir el dolor frente a la tendinitis rotuliana

En el caso de que la tendinitis rotuliana sea leve o moderada, nuestro fisioterapeuta podrá recomendarnos, siempre de forma personalizada y en función de nuestras circunstancias, reposo, aplicación de hielo para reducir el dolor y la hinchazón de la zona, la elevación de la rodilla para reducir la inflamación, o la toma de antiinflamatorios orales.

Una medida que suele ser eficaz a la hora de reducir el dolor y la presión en la rótula, según algunos estudios (como este de 2011), es el uso de una banda infrarrotuliana o banda Chopat: se trata de un vendaje funcional con una banda o cinta que se coloca por debajo de la rótula y que nos permite reducir la tensión en la inserción muscular y ayuda a reducir el dolor a la hora de correr. Seguro que habéis visto a algún corredor llevando esta característica banda justo debajo de la rodilla.

En el caso de sufrir de tendinitis rotuliana, y también como medio de prevención, es importante que calentemos correctamente antes de realizar un entrenamiento y que dediquemos el tiempo necesario en nuestro entrenamiento al trabajo de fortalecimiento muscular, incluyendo ejercicios isométricos y trabajo de fuerza con nuestro peso corporal o con cargas externas de acuerdo a nuestras necesidades. Regular la carga de trabajo y evitar el sobreentrenamiento también nos ayudará tanto a prevenir como a tratar esta lesión.

Este artículo fue originalmente publicado por Lady Fitness en septiembre de 2017 y ha sido revisado para su republicación.

Imágenes | iStock
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