La ingesta de frutas y verduras, cereales integrales, pescado y muchos otros alimentos sanos más suele ser relegada por dulces, snacks comerciales, galletas y comida rápida en los más pequeños de la casa. Es tema de preocupación en muchas familias y por ello, si intentas mejorar la calidad de su alimentación necesitas conocer estas nueve estrategias para que los niños coman más sano, avaladas por la ciencia.
Aunque todo requiere tiempo y esfuerzo, lo mejor que podemos hacer como adultos es inculcarle a nuestros peques buenos hábitos alimenticios que serán un seguro para su salud y calidad de vida actual y futura.
Para lograrlo, podemos aplicar las siguientes estrategias avaladas por la ciencia:
Involucrar a los niños en la selección y compra
Esto por supuesto, puede ser un arma de doble filo, pues si los llevamos al supermercado ellos escogerán cereales de desayuno, galletas y muchos otros productos más cuyo envase les resultará atractivo.
Mientras que en este caso lo aconsejable es conducirlos al mercado, a comprar frutas y verduras frescas junto a nosotros y permitirles que ellos seleccionen lo que desean comer.
Este comportamiento que les permite los niños sentirse parte de la selección y compra de alimentos puede incrementar en un 80% la ingesta de los productos elegidos según un estudio de la Universidad de Granada.
Permitirles cocinar junto a nosotros
Cocinar y comer más en casa es clave para que todos logremos una alimentación más sana. Y si queremos que nuestros niños coman más verduras, frutas u otros alimentos sanos sólo tenemos que permitirles cocinar junto a nosotros.
Según una investigación publicada en 2014, los niños que ayudan a sus padres a cocinar comen más en general y sobre todo, ingieren considerablemente más verduras.
Desde que pueden sujetar cosas con las manos ya pueden participar en la elaboración de alimentos, siendo siempre supervisados y guisados por nosotros, los adultos.
Es una estrategia no sólo avalada por estudios sino también por la experiencia propia, pues os puedo asegurar que a los peques les encanta cocinar y aquello que elaboran es lo que más escogen comer después.
Presentar los alimentos repetidas veces
Es frecuente que los niños rechacen alimentos nuevos o desconocidos para ellos, por lo tanto, la exposición repetida para que se familiaricen con ellos así como la ingesta de dichos alimentos por padres y hermanos resulta de gran ayuda como señala un estudio publicado en la International Journal of Obesity.
En los más pequeños pueden ser necesarios hasta 10 intentos para que acepten un alimento mientras que en los más grandes sólo es cuestión de no eliminarlos de la dieta familiar para que no se vuelva un alimento o plato extraño.
Aunque no debemos forzarlos a comer nunca, siempre debemos ofrecer y no dejar de presentar las alternativas que ellos rechazan. Por ejemplo, en mi casa mi niña no come calabaza y no dejamos de consumirla mi esposo y yo, así como de presentarla en la mesa familiar.
Realizar marketing casero
Según una investigación publicada en la revista Pediatrics, el marketing con letreros o publicidad televisiva incrementa considerablemente la ingesta de verduras.
Y si bien son estrategias que pueden aplicarse en una escuela, en el hospital o mediante políticas de estado, en casa también podemos acudir al marketing para incrementar el consumo de alimentos sanos.
Por ejemplo, podemos transformar las verduras o frutas en superhéroes, hacer letreros en casa, crear con estos alimentos personajes que sean atractivos para los peques o bien, colocarles nombres de fantasía o contar historias que revaloricen su consumo.
En definitiva, debemos promocionar y publicitar en casa los beneficios y la importancia de consumir frutas, verduras, pescado y otros alimentos sanos de forma habitual.
Sumar alimentos sanos a preparaciones que los niños prefieren
Aunque camuflar frutas y verduras todo el tiempo no es una sana alternativa para que los niños finalmente la consuman, porque no logran familiarizarse con los alimentos que rechazan, según un estudio publicado en 2011 sumar alimentos sanos a preparaciones que ellos prefieren puede incrementar considerablemente su consumo.
Es decir, si nuestro niño adora las hamburguesas o las albóndigas podemos sumar a las mismas coliflor, brócoli u otros alimentos, así como también podemos añadir manzana o plátano a galletas si nuestros peques adoran las galletas pero no consumen frutas.
Utilizar cocción al vapor
El método de cocción que usamos puede condicionar el sabor, la textura y por ello, la aceptación de los alimentos más sanos.
Según un estudio de la Universidad de Wageningen la cocción al vapor es una de las mejores opciones para conservar cualidades y también nutrientes de los alimentos, favoreciendo la aceptación por parte de los niños.
Al vapor podemos cocinar desde frutas y verduras hasta pescado, pollo o cereales, otra buena alternativa es hacerlo en microondas o al papillote.
Servir los alimentos por separado
Un reciente estudio evaluó las preferencias de los niños sobre la forma en que se sirven los alimentos, y se observó que las niñas de entre 7 y 8 años prefieren los alimentos por separado, mientras que los niños resultan indistintos en este sentido.
Dado que es posible mezclar alimentos en el plato una vez servidos pero no separarlos si los hemos combinado todos previamente, lo mejor es servirlos por separado, asegurándonos de esta manera que el niño pueda escoger lo que más desea o pueda consumirlos en el orden que él mismo seleccione.
Particularmente he comprobado esta estrategia por lo que en muchas ocasiones al realizar ensaladas de muchos ingredientes como plato único, le sirvo en un plato los alimentos separados unos de otros y de esta forma, el consumo es superior.
Compartir la mesa con los niños
Realizar comidas familiares, es decir, en que tanto adultos como niños rodean la mesa siempre es favorable para el cuidado de la salud.
Según un estudio publicado en 2013 realizar comidas familiares mejora la calidad de la dieta y favorece la elección de alimentos sanos en los peques de la casa. Siendo por otro lado un buen momento para estimular la adopción de buenos hábitos alimentarios, recordando siempre que somos un ejemplo para ellos.
Dar recompensas no alimentarias
El alimento nunca debe ser un premio ni un castigo, es decir, no debemos premiar con caramelos la ingesta de brócoli ni obligar a comer coliflor porque no se ha obedecido en otros aspectos.
Sin embargo, científicos de Londres han comprobado que dar recompensas no alimentarias y tangibles como una pegatina, un pequeño juguete u otra cosa que no sea alimento puede estimular el consumo de alimentos sanos al representarles el valor de su ingesta.
Se trata de un refuerzo positivo para estimular la elección de alimentos más sanos.
Estas son nueve estrategias científicamente probadas que pueden favorecer una dieta más sana en los niños, siempre de la mano de nosotros los adultos quienes debemos brindar el ejemplo con nuestros hábitos alimentarios.
Imagen | Unsplash y Pixabay
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La noticia Nueve estrategias para que los niños coman más sano avaladas por la ciencia fue publicada originalmente en Vitónica por Gabriela Gottau .
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