Una de las ventajas de trabajar en Vitónica es que, a pesar de consistir en una trabajo sedentario, vivimos rodeados de deporte e información sobre ellos. Esto supone que, al final, nos acabe picando la curiosidad de probar nuevos deportes y comenzar a practicarlos.
Esto es lo que me ha ocurrido con el Yoga. Después de conocer todos sus beneficios y saber todo lo que se puede saber de manera teórica, era momento de comenzar a probar a practicarlo. Para poder hacerlo en casa, me hice con la aplicación Pocket Yoga y, desde hace una semana, me he iniciado en el mundo del Yoga.
Cómo funciona la aplicación
La realidad es que existen numerosas aplicaciones que nos pueden ayudar a practicar Yoga desde casa y, por supuesto, tenemos la opción de asistir a clases. Elegí concretamente esta aplicación porque ya la habíamos probado anteriormente y ofrece información muy completa sobre cada postura y cada rutina, además de ir guiándote con vídeo y audio al tiempo que vas a haciendo los ejercicios.
Cuando iniciamos, la aplicación nos permite elegir entre cinco rutinas: una rutina de HIIT, una rutina para trabajar la flexibilidad y relajar la mente, otra rutina para trabajar la fuerza y dos saludos al sol diferentes.
En todas las rutinas podemos escoger el tiempo de duración, el nivel de dificultad y si vamos a practicar en casa, en un estudio de Yoga o en la oficina. De esta manera, la aplicación nos ofrece las posturas dentro de dicha rutina que se adaptan a nuestras elecciones. Posteriormente, solo tienes que darle a empezar y la aplicación te va guiando por las posturas con audio y vídeo donde puedes ver cómo se realizan los ejercicios.
Además, tenemos información detallada de para qué sirve cada postura y cómo se realiza exactamente. Si lo deseamos, también podemos cambiar la música de fondo y poner la que a nosotros más no convenga. En cualquier caso, una de las cosas que debemos tener en cuenta es que, tanto la aplicación como el audio guiado están en inglés.
Cuál ha sido mi experiencia la primera semana practicando Yoga
Lo primero es tener en cuenta el punto desde el que partía al iniciarme: a pesar de realizar otros tipos de entrenamientos de manera ocasional y haber ido ganando algo de fuerza con el tiempo, mi nivel de flexibilidad es muy bajo, por lo que es una dificultad a la hora de practicar Yoga.
Además, padezco una serie de enfermedades respiratorias que han provocado que el control de la respiración no sea mi fuerte. Por ello, aunque sé que el Yoga me va a ayudar a trabajar todos aspectos, los primeros días han sido los mayores retos. En cualquier caso, he comenzado con sesiones de unos 20 minutos al día, o bien por las mañanas antes de trabajar o bien por la tarde después de terminar.
Mejor control respiratorio
Los primeros días una de las cosas que más complicada - por no decir imposible - era ser capaz de controlar la respiración al tiempo que hacía las posturas. Cuando el audio decía "inspira" yo tenía que cambiar mi ritmo de respiración porque no me tocaba inspirar.
Posiblemente en una clase guiada sería más sencillo que en casa. En cualquier caso, a lo largo del resto de la semana el control de la respiración fue mejorando considerablemente. Aunque todavía no es perfecto, el ritmo de respiración al tiempo que realizo los ejercicios es más correcto lo cual también hace más sencillo hacer los ejercicios.
Más facilidad para las posturas
Una de las cosas de las que he sido consciente al comenzar a practicar Yoga es la falta de flexibilidad que tengo. Hasta el punto de que tengo dificultades para poder hacer la postura del perro boca abajo, o adho mukha svanasana, y no consigo apoyar el pie por completo en el suelo.
En cualquier caso, si estáis empezando y os encontráis en esa situación, no os desaniméis. Es perfectamente normal y, mientras tengamos las piernas bien estiradas e intentemos llevar los talones al suelo, no importa que al principio no consigamos apoyarlos.
Lo que sí he notado es que, para mi sorpresa, al ser constante y practicar cada día, la flexibilidad ha mejorado sorprendentemente rápido. Todavía no llego al suelo en esa postura, pero me encuentro más cerca cuando creía que sería imposible.
Más energía a lo largo del día y duermo mejor
Dependiendo del día, he practicado Yoga o bien por la mañana antes de trabajar o bien por la tarde al terminar. Una de las primeras cosas que he notado es que si practico por las mañanas tengo más energía durante el día y acabo siendo más productiva. Esto lo he notado casi desde el primer día practicando Yoga.
En cambio, en las ocasiones que lo he practicado por la tarde, he llegado a la noche especialmente relajada y me ha resultado más sencillo conciliar el sueño. En definitiva, voy a seguir practicándolo seguro porque al ver avances y beneficios tan rápido tengo ganas de ver cómo sigo avanzando.
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La noticia Una semana practicando Yoga desde cero con la app Pocket Yoga: esta ha sido mi experiencia fue publicada originalmente en Vitónica por Iria Reguera .
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