Vivimos en una sociedad donde la estética importa y muchas veces demonizamos la grasa corporal y estigmatizamos a las personas con sobrepeso. A menudo se da por sentado que las personas con sobrepeso simplemente no hacen ejercicio y no llevan una vida sana.
Pero no es del todo cierto: puedes tener sobrepeso y estar en forma. De hecho, a medida que envejecemos, hacer poco ejercicio puede ser más dañino para nuestra salud que tener mucha grasa corporal.
Para aquellos que se estén planteando empezar a hacer ejercicio, la pérdida de peso no debería ser el único objetivo. Independientemente de tu peso corporal, hacer ejercicio siempre es bueno.
En realidad el ejercicio no sirve de mucho a la hora de gastar suficiente exceso de energía para perder peso. Esto se debe en parte a un efecto compensatorio de nuestro apetito, haciendo que se incremente después de hacer ejercicio.
El ejercicio hace que cambie la composición del cuerpo: la cantidad de grasa corporal en comparación con la masa muscular. Sin embargo, esto no siempre se traduce en un cambio visible en la báscula.
Os dejamos cinco formas en la que el ejercicio mejora nuestra salud, independientemente de nuestro peso.
Mejor capacidad cardiorrespiratoria
La capacidad cardiorrespiratoria es una forma de medir la duración y la intensidad a la que puedes correr sin detenerte o cuántos escalones puedes subir sin quedarte sin aliento. Correr durante más tiempo o subir más escalones significa que aumenta tu capacidad cardiorrespiratoria y es algo que no se puede mejorar simplemente perdiendo peso.
Tener un índice de masa corporal (IMC) elevado puede reducir el nivel intensidad a la hora de hacer ejercicio, pero no significa que sea menos efectivo.
Si tienes mucho sobrepeso, puede que prefieras otro tipo de deporte en el que tu peso no te suponga una dificultad extra, como puede ser nadar o la bicicleta estática, y así minimizar el impacto del peso en las articulaciones.
Pero todo esto dependerá de lo que te guste hacer, puesto que al fin y al cabo es más probable que seas constante haciendo algo que te guste.
Si lo primero que piensas es algo como "odio correr/nadar/andar en bici/bailar y prefiero levantar pesas", ¡Ponte a levantar pesas! Aunque no tenga los mismos resultados que hacer cardio, los beneficios siguen siendo igual de importantes para la movilidad, el buen funcionamiento de las articulaciones y mantener la masa muscular a medida que envejecemos.
Menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y derrames
Hacer ejercicio reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y derrames, incluso en aquellas personas con enfermedades crónicas como la diabetes, independientemente del nivel de grasa corporal.
Hacer ejercicio con regularidad ayuda a reducir la tensión, mejorando la circulación de la sangre por el cuerpo, y reduce la inflamación, incluso en aquellas personas con un índice de masa corporal elevado.
Reducir la grasa "mala"
Hacer ejercicio mejora la forma en la que nuestro cuerpo utiliza la energía. Almacenamos grandes cantidades de energía en forma de grasa, muy difícil de eliminar, puesto que requiere mucho oxígeno en comparación con otras fuentes de energía "más baratas" para el cuerpo como la glucosa.
Pero cuando hacemos ejercicio con regularidad, mejoramos la forma en la que nuestro cuerpo utiliza la grasa como fuente de energía y también hace que necesite menos energía en estado de reposo.
Esto no tiene necesariamente por qué significar que cuanto más ejercicio hagamos más grasa quemamos, pero sí que significa más movimiento en la localización de la grasa corporal y normalmente menos grasa almacenada por dentro y fuera de los órganos (la grasa visceral "mala").
Beneficios para la salud mental
La ciencia ha demostrado de forma constante que las personas que hacen ejercicio (independientemente de las medidas y el peso corporales) cuentan con una mejor salud mental y tienen menos estrés, depresión y otros problemas emocionales.
El ejercicio mejora el flujo de sangre en el cerebro, aumenta la secreción de endorfinas que nos hacen sentirnos bien y ayuda a controlar la forma en la que el cerebro responde a las situaciones de estrés.
A menudo lo más difícil es simplemente empezar a hacer deporte o un ejercicio en concreto, pero una vez que estás en movimiento los beneficios para la salud mental ya se empiezan a notar.
Prevenir el aumento de peso
Aunque el ejercicio no nos ayude directamente a perder peso en la báscula, es una buena manera de evitar coger peso y prevenir recuperarlo.
Hacer ejercicio con regularidad ayuda a que el cuerpo utilice la energía almacenada y se reestructuren los tejidos (como los músculos) para que crezcan más sanos y fuertes.
Sin embargo, es difícil prevenir que volvamos a ganar peso una vez que lo hemos perdido. Aquellas personas que han perdido peso puede que necesiten hacer mucho más ejercicio para contrarrestar el impulso fisiológico para volver al estado de sobrepeso.
Si necesitas más ayuda para empezar a hacer ejercicio o para encontrar una rutina que se adapte a tus necesidades, habla con tu médico de cabecera o considera acudir a un profesional de la salud y el deporte.
Autor:
- Evelyn Parr. Investigadora en metabolismo del ejercicio y nutrición, Mary MacKillop Institute for Health Research, Australian Catholic University.
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí.
Imágenes | iStock
Traductor | Silvestre Urbón
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