Todos queremos, en mayor o menor medida, mantener una higiene adecuada. A la hora de conseguirlo, hay quien prefiere ducharse y hay quien prefiere tomar un baño. No lo podemos negar, llenar la bañera de agua caliente y meternos nos ayuda a relajarnos casi instantáneamente. Pero no todo podían ser ventajas, y es que, tomar baños de manera muy habitual puede ser peligroso para nuestra salud. Especialmente, para la de las mujeres.
La culpa no es del baño en sí, sino de un par de bacterias conocidas como Pseudonomas Aeruginosa y Brevundimonas Diminuta, cuyo medio de vida es el agua. Este tipo de bacterias pueden causar erupciones cutáneas y acabar siendo causantes de infecciones más graves.
Las Pseudomonas pueden acceder al agua de una bañera llena por contacto con un bote o una esponja que no estén adecuadamente limpios ni secos. No es difícil que en un baño, y alrededor de la bañera o la ducha se acumule humedad, y son un buen caldo de cultivo para bacterias.
Después de entrar en contacto con el agua estancada en la bañera, pueden acabar alojándose en partes de nuestro cuerpo en las que no queremos que se alojen. Especialmente sensibles a que esto ocurra son las zonas de nuestro cuerpo que se mantienen húmedas. Por eso las mujeres somos las que más riesgo tenemos en estos casos.
Las bacterias no son nuestro único problema a la hora de darnos un baño, sino que en ocasiones podemos encontrar hongos alojados en duchas y bañeras. Elementos como las mamparas, las cortinas o las juntas de las bañeras, se suelen mantener húmedas y a veces es difícil limpiarlas bien, pudiendo alojar hongos. Es más sencillo que dichos hongos entren en contacto con el agua si llenamos la bañera que si nos duchamos.
Pero no es solo cuestión de hongos y bacterias, sino que, según la American Academy of Dermatology, prepararnos un baño tiende a hacer que pasemos más tiempo bajo el agua que si nos duchamos. Esto puede provocar que la piel se seque demasiado. Estos profesionales recomiendan que limitemos nuestro tiempo de ducha a entre 5 y 10 minutos, para prevenir la sequedad de la piel.
Podemos seguir tomando baños, pero manteniendo una serie de precauciones
En cualquier caso, esto no quiere decir que no podamos tomar nunca un baño. Es más, no todo son desventajas, sino que algunos estudios aseguran que los baños calientes pueden ayudar a reducir el azúcar en sangre - aunque la muestra con la que se realizó la investigación era muy pequeña y hacen falta nuevas investigaciones-.
Lo que significa es que, si decidimos hacerlo, debemos asegurarnos de que todo esté lo más limpio posible, que los objetos que vayamos a utilizar - como los botes de champú o gel, o las esponjas - estén limpias y secas antes de entrar en contacto con el agua, que los contornos de la bañera estén secos antes de llenar la bañera y que la cortina, si es que tenemos, siempre vaya por fuera para evitar el contacto directo con el agua.
Siguiendo estos pasos, podemos disfrutar, ocasionalmente, de un baño reparador y relajante sin tener que preocuparnos por bacterias.
Imágenes | Unsplash
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La noticia Un baño al año no hace daño, pero ojo con estas bacterias que pueden vivir en tu bañera fue publicada originalmente en Vitónica por Iria Reguera .
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