En una de nuestras últimas entradas hablamos sobre la pirámide alimentaria oficial que tenemos en la actualidad y comentamos algunos de los asombrosos cambios que ha tenido en sus últimas actualizaciones.
Cambios que no nos han dejado indiferentes pero que indudablemente no se ajustan a las necesidades reales que la población tiene hoy en día. Hoy seguimos analizando más a fondo este tema. ¿Basamos nuestra alimentación en una pirámide alimentaria desastrosa? Cambios necesarios.
Analizando las necesidades del hombre a través de su evolución
Si echamos la vista atrás, o muy atrás, hace alrededor de dos millones de años comienza la aparición bípeda del hombre similar a la que tenemos hoy en día. Aunque pensemos que nos datamos en homínidos que no eran demasiado similares a nosotros, la realidad es que desde un punto de vista biológico, seguimos compartiendo con nuestros antepasados casi el 100% de nuestro ADN.
Desde los principios, la manera de alimentarnos durante millones de años no fue otra que a partir de los alimentos que ofrecía la propia naturaleza, destacando vegetales y animales; no apareciendo hasta hace unos 10.000 años el cultivo de la agricultura y ganadería y con ello la aparición de cereales, leche y derivados de ésta.
El 99% del tiempo de existencia homínida hemos basado nuestra alimentación en una dieta que no contemplaba las bases alimentarias de hoy en día. ¿Estamos aun adaptándonos al cambio?
Si nos paramos a pensar en la enorme franja temporal homínida, donde nuestros antepasados se nutrían solo de este tipo de alimentos, podemos hacernos una idea de la gran adaptación que tiene nuestro organismo a nutrirse únicamente con este tipo de alimentos.
¿Con esto que queremos decir? Muy sencillo, el cuerpo humano se ha nutrido durante millones de años con una alimentación basada en lo que hoy en día asemejamos a la Paleodieta, y solo ha sido en su última etapa de evolución cuando los hombres hemos introducido otro tipo de alimentos con un consumo masivo (harinas, pastas, arroz...).
Es decir, nuestro cuerpo se ha adaptado durante millones de años a una alimentación que perduró durante más del 90% de nuestra existencia, y sin embargo, hoy en día, la base de nuestra dieta se centra en una pirámide alimentaria que nada tiene que ver con nuestros orígenes, y considera como base fundamental los hidratos de carbono, cuando nuestro cuerpo realmente no está adaptado ni a estos alimentos ni a esta magnitud de proporciones.
Cambios necesarios en nuestra pirámide
Si algo está claro es que sea como sea, sin centrarnos en si estamos ante un problema de inadaptación nutricional o no, la realidad es que la pirámide alimentaria de hoy en día necesita de una serie de cambios que proporcionen una alimentación más sana y adaptada a nuestras necesidades. Nosotros proponemos algunos de ellos.
- Primer escalón, frutas y verduras: un buen cambio dentro de las recomendaciones nutricionales expuestas en la pirámide oficial sería darle el rango primordial al grupo de frutas y verduras (que hoy en día tenemos en segundo puesto) en lugar de la fundamentalidad que se le otorgan a los hidratos de carbono actualmente.
Una dieta que de prioridad a este tipo de alimentos, cuyo consumo debería de ser diario, y que sea pilar indiscutible de la pirámide, haciendo incapié en el **consumo de frutas enteras** (no en zumo) que conserven toda su fibra.
Dentro de un mismo grupo alimentario, hoy en día generalizado, debemos ser capaces de distinguir alimentos claramente diferenciados.
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Segundo escalón, proteínas derivadas de pescados y huevos: un puesto en el que se debería contemplar la ingesta diaria de un mayor número de proteínas, sobre todo, derivadas de pescados y huevos. Seguida de las carnes y otros alimentos fundamentales como aceite de oliva, frutos secos y lácteos, diferenciando en este último caso entre las propiedades fundamentales de la leche y sus derivados.
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Grupo de cereales y legumbres: aunque dejemos en posiciones mucho más retrasadas al grupo de harinas, cereales, arroces o pastas, debemos de saber diferenciar claramente unos productos de otros, principio que en la pirámide actual no se tiene en cuenta ni se contempla.
De este modo, no es lo mismo la ingesta de cereales refinados cargados de azúcares, que de productos integrales y leguminosos, a los que deberíamos separar de este grupo de hidratos generalizados, cuya ingesta debería reducirse más que considerablemente.
Conclusiones
Durante millones de años nuestro cuerpo se ha adaptado a un tipo de alimentación que nada tiene que ver con las recomendaciones oficiales de hoy en día, y los resultados de este cambio no hacen otra cosa más que apoyar la teoría de que algo estamos haciendo mal.
Cambiar algunas de las pautas expuestas en la pirámide alimentaria que tenemos es más que necesario, y cambiar ciertos hábitos alimenticios en los que se incide es primordial. Basar la alimentación en frutas y verduras, aumentar la ingesta proteica y de grasas saludables y reducir el consumo de ciertos hidratos, diferenciándolos de alimentos integrales y legumbres, pueden ser algunas de las claves para una modificación acertada de nuestros patrones de alimentación.
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En Vitónica | Posibles cambios muy acertados en la pirámide de los alimentos
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La noticia ¿Basamos nuestra alimentación en una pirámide alimentaria desastrosa? Cambios necesarios (y II) fue publicada originalmente en Vitónica por David Díaz Gil .
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