Las barras al hacer dominadas pero también el suelo si caemos y nos deslizamos sobre él son dos momentos en los que podemos sufrir quemaduras causadas por la fricción (en vez de por calor) cuando entrenamos en el gimnasio. Este tipo de heridas podemos sufrirlas también en exteriores, corriendo sobre hierba artificial o en pista de atletismo.
Estas quemaduras suelen dejar una primera marca roja intensa y pueden ser muy dolorosas. A menudo la piel se llega a ulcerar y romper, lo cual puede dar pie a infecciones. Normalmente la lesión termina causando una costra oscura bajo la cual se vuelve a formar la piel, ya sanada aunque más sensible de lo normal durante un periodo de tiempo.
Muchos usuarios de gimnasio y deportistas en general conocen este tipo de quemaduras, pero es raro quien no las ha sufrido alguna vez, aunque fuese en otras circunstancias. Aquí van algunos consejos para tratarlas.
Cuidado para evitar una infección
Tratar las quemaduras con rapidez es importante para evitar infecciones de la piel que son muy habituales en los deportistas ya que están a menudo en contacto con equipo deportivo que puede tener restos de sudor y bacterias, así como en contacto con compañeros de equipo si practican deportes en grupo.
En concreto, pueden ser un riesgo las infecciones por estafilococo que viven de forma natural en la piel sin causar ningún daño pero que pueden suponer un riesgo si se rompa esa barrera natural.
Por ese motivo hay que evitar dentro de lo posible tocar la herida directamente con las manos y usar guantes estériles de un botiquín. En caso de que no haya guantes a mano, el que aplique los primeros auxilios debe lavarse bien las manos por toda la superficie, frotando con agua tibia y jabón las palmas de las manos, el reverso, entre los dedos y bajo las uñas.
Primeros auxilios
Los primeros auxilios son importantes.
Para empezar, si la piel se ha roto y la quemadura está sangrando, utiliza una gasa estéril o similar para tapar la herida y apretarla firmemente pero con cuidado hasta que deje de sangrar.
Si hay arena o suciedad en la quemadura, límpiala con suero salino o agua templada con un jabón neutro, y sécala con una toalla o una gasa limpias. Es importante retirar de la herida todo el polvo, la arena, la gravilla o cualquier otro tipo de suciedad que quede adherida para evitar infecciones posteriores, aunque eso a veces pueda ser un poco doloroso en el momento.
Con la quemadura ya limpia
Una vez que la quemadura está limpia y seca, conviene aplicar algún producto antiséptico desinfectante, como Betadine (la marca más conocida de povidona yodada) o mercromina. No recurras al alcohol con heridas abiertas, ya que causará un escozor innecesario. Tampoco se recomienda combinar distintos antisépticos, ya que pueden interaccionar entre sí y dificultar la curación.
Si no tienes uno de estos productos a mano, el aloe vera también puede ser de ayuda: tiene un potente efecto hidratante y refrescante que ayudará a curar la quemadura y puede actuar como una barrera más ante las bacterias.
Después, lo mejor es cubrir la herida para protegerla aun más de infecciones y también de posibles roces casuales que causen dolor y puedan empeorar la quemadura. Para eso lo mejor es aplicar una cobertura no adhesiva, como una gasa, y sobre ello una venda de algodón o similar que mantenga la cobertura en su sitio a la vez que deja respirar la herida.
Para favorecer que se cure
En los días siguientes hay algunas cosas que puedes hacer para que la quemadura sane pronto y sin problemas. Para empezar, mantén la herida limpia lavándola con agua tibia y jabón a menudo. Ten especial cuidado de que no se adhieran a ella suciedad o residuos (polvo, arena, algún hilillo de la ropa...).
Sigue aplicando aloe vera o algún otro producto en forma de gel con base de agua que evite que la herida se reseque demasiado. Algunas vendas especiales vienen directamente untadas con productos que ayudan a curar y favorecen la cicatrización.
Y, sobre todo, recuerda lavarte muy bien las manos cada vez que vayas a tocar la quemadura.
¿Deberías ir al médico?
En la mayoría de los casos no es necesario acudir al médico por una de estas quemaduras, pero sí puede ser una buena idea si tiene mucha extensión o mucha profundidad.
Sí que debes acudir a la consulta de tu médico si percibes señales de infección, como por ejemplo que la piel alrededor de la quemadura esté muy roja e inflamada, que haya supuración o pus o si empiezas a sufrir fiebre.
Imagen | Pixabay
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La noticia Heridas de gimnasio: cómo tratar las quemaduras por fricción fue publicada originalmente en Vitónica por Rocío Pérez .
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