Prácticamente no se habla de ello, pero alrededor del 12% de las mujeres españolas sufren o han sufrido vaginismo en algún momento de su vida, ya sea durante la adolescencia o en la vida adulta. Igual que en el caso de otros trastornos y condiciones que afectan a la vida sexual, el vaginismo es un tema del que no se habla, en ocasiones no se admite y para el que se tarda mucho tiempo en buscar ayuda.
Sin embargo, se trata de una condición que puede afectarnos no solo en nuestra vida sexual, sino también en nuestras relaciones y autoestima. Por ello, es importante que se comiencen a tratar estos asuntos con naturalidad y estemos correctamente informados sobre de qué se tratan, cuáles son los síntomas y cómo se puede tratar.
Qué es el vaginismo
Se trata de una disfunción sexual que afecta a las mujeres y que se caracteriza por la contracción involuntaria de los músculos de la zona pélvica alrededor de la vagina. Esta contracción provoca que la vagina se cierre de forma parcial o total lo que dificulta las relaciones sexuales causando dolor o incapacitando la penetración. Esto no ocurre solo durante la penetración, sino que puede darse también al intentar colocar un tampón o realizar una exploración ginecológica.
Se trata de una condición que suele aparecer, por primera vez, durante la adolescencia. Sin embargo, puede ocurrir en otros momentos de la vida, dependiendo del motivo que lo cause, pudiendo aparecer a cualquier edad.
El hecho de que la contracción involuntaria de la vagina no permita o dificulte la penetración no implica que la mujer que lo padece no sienta deseo sexual. De hecho, en algunos casos, sí que es posible la realización de otras prácticas sexuales que no impliquen penetración y la obtención de placer sexual a través de ella.
Causas del vaginismo
Las causas pueden ser variadas, dividiéndose entre físicas y psicológicas:
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Causas físicas: suponen alrededor del 10% de la incidencia de vaginismo. Entre ellas se encuentran causas como la endometriosis, himen rígido, inflamación de la pelvis, tumores pélvicos, hemorroides o estenosis de la vagina.
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Causas psicológicas: son las causas más frecuentes. Entre ellas se encuentran algunas como la mala o poca educación sexual, mitos sobre sexualidad, miedo a quedarse embarazada, haber sufrido agresiones sexuales, experiencias sexuales previas dolorosas o negativas, problemas de autoimagen, ansiedad anticipatoria entre otras.
Tratamiento del vaginismo
El tratamiento dependerá, en parte, de las causas que lo provoquen. En cualquier caso, lo recomendable es hacer uso de una terapia que incluya la ginecología, terapia psicológica y sexológica.
En lo que a la terapia física se refiere, alguno de los ejercicios que se recomiendan son la contracción y relajación de los músculos con ejercicios Kegel y ejercicios de dilatación vaginal. Además, el ginecólogo o el médico ofrecerá educación sobre la anatomía sexual femenina y la respuesta sexual.
Por otro lado, la terapia psicológica y sexológica ayudará a la mujer desmontar cualquier mito sobre la sexualidad que pueda tener. Además, se le otorgará una correcta educación sexual. Otra de las técnicas que la terapia puede enseñar en la exposición a estímulos. Se trata de realizar una exposición sistemática y controlada a la situación que nos causa ansiedad. La pareja sexual también puede beneficiarse de acudir a algunas sesiones terapeúticas.
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La noticia Vaginismo: causas, síntomas y tratamiento fue publicada originalmente en Vitónica por Iria Reguera .
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