Si sois habituales del gimnasio es seguro que conocéis claramente las diferencias entre ejercicio aeróbico y ejercicio anaeróbico. Sin embargo, si estáis comenzando a hacer deporte u os acabáis de apuntar al gimnasio, puede ser que hayáis escuchado hablar de estos términos pero no tengáis claro cuál es la diferencia o qué tipo de ejercicios pertenecen a cada categoría.
Para poder decidir qué tipo de ejercicio nos conviene más es importante que sepamos en qué consiste cada uno de estos ejercicios, cuál nos conviene para nuestras necesidades personales y qué beneficios nos aportan cada unos de ellos.
Ejercicio aeróbico
En el caso del ejercicio aeróbico estamos hablando de ejercicios de intensidad baja o media y de larga duración. Para llevar a cabo este tipo de ejercicio nuestro cuerpo necesita energía que obtiene quemando hidratos y para ello necesita mucho oxígeno gracias al cual se oxidan los hidratos y se pueden utilizar como energía.
Se considera que el ejercicio aeróbico es suave cuando nuestra frecuencia cardíaca alcanza el 50%-60% de capacidad máxima, moderada cuando alcanza el 60-70% y alta en el 70-80%. Dentro de estos ejercicios encontraríamos algunos como correr, andar en bici, nadar, saltar a la comba e incluso caminar.
Beneficios del ejercicio aeróbico
Este tipo ejercicio, al necesitar tanto oxígeno, ayuda a ejercitar el sistema cardiovascular. Además, se trata del tipo de ejercicio que se suele realizar cuando queremos perder peso ya que ayuda a quemar calorías. Este tipo de ejercicio también nos ayuda a conseguir mayor capacidad de resistencia y aumenta la capacidad pulmonar.
No solo eso, sino que ayuda a mejorar el autoestima y nuestro estado de ánimo, ya que libera endorfinas. Otro añadido es que nos ayuda a conciliar mejor el sueño, ayuda a disminuir la presión arterial y mejora los niveles de absorción de calcio lo que ayuda a fortalecer nuestros huesos.
Ejercicio anaeróbico
En este tipo de ejercicios, al contrario que en los aeróbicos, no se utiliza tanto oxígeno. Se tratan de ejercicios de alta intensidad y de duración corta, para los cuales obtenemos la energía de fuentes más inmediatas que los hidratos y que no necesitan oxigenación. Por ejemplo, de la glucosa, la energía para contracciones musculares o la fosfocreatina.
Este tipo de ejercicio nos ayuda a obtener potencia y a aumentar la masa muscular. En el caso de los principiantes deben comenzar a realizar este tipo de ejercicios de manera progresiva, por ejemplo, añadiendo sesiones cortas de ejercicio anaérobico entre las sesiones de ejercicios aeróbicos. Algunos de los ejercicios que podemos encontrar en esta categoría son hacer pesas, abdominales, o los ejercicios HIIT entre otros.
Beneficios
Este tipo de ejercicios ayudan a tonificar y fortalecer nuestro sistema musculoesquelético. Además, al realizar este tipo de ejercicios conseguiremos aumentar la masa muscular, lo que significa que nuestro gasto de energía en reposo también aumentará.
Por otro lado, los ejercicios anaeróbicos ayudan a mejorar la capacidad para combatir la sensación de fatiga. También mejora nuestro sistema cardiovascular y, aunque no gasta tanto oxígeno como el ejercicio aeróbico, sí que consigue incrementar la capacidad de oxígeno que se puede usar durante el ejercicio. Esto implica que mejora nuestra capacidad cardiorrespiratoria.
Imágenes | Unsplash
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La noticia Ejercicio aeróbico y anaeróbico: en qué consiste cada uno de ellos y qué beneficios nos aportan fue publicada originalmente en Vitónica por Iria Reguera .
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