A pesar de la gracia que suele hacer cuando hablamos de gases, se trata de una condición que no solo puede resultar extremadamente molesta, sino que puede llegar a causarnos mucho dolor. De hecho, en los días más graves llegar a interferir con nuestra vida normal. Hay algunas personas que son especialmente sensibles a esta situación y que tienen que esforzarse para evitar las posibles causas y cuidarse mucho para evitarlos en la medida de lo posible.
Uno de los motivos principales por los que aparecen los gases es el consumo de alimentos que resulten más difíciles de digerir para nuestro organismo. Algunos de nosotros ya tenemos identificados varios de estos alimentos, como las legumbres. Sin embargo, existen muchos otros de los que quizás no estamos sospechando y también son culpables de causarnos gases. Si somos sensibles a la producción de gases o estamos pasando por un momento delicado en este aspecto, estos son los alimentos que es mejor evitar.
Carne de cerdo
La carne de cerdo contiene un tipo de proteína que no solo produce mayor cantidad y concentración de gases, sino que aumenta la producción de azufre, lo que empeora el olor de nuestros gases. En este caso, tenemos dos opciones: o bien eliminamos el consumo de carne de cerdo, sustituyéndola por otra carne blanca y magra, o bien reducimos su consumo lo más que podamos.
El ajo
La culpa de que el ajo provoque gases es de lo fructanos. Se trata de una sustancia que pertenece a la familia de los hidratos de carbono de cadena corta que no se absorben bien por nuestro intestino. En concreto, esto provoca que no se metabolice de manera adecuada, no pudiendo asimilarlos y provocando hinchazón en el vientre, además de aumento en la producción de gases. La mejor opción es sustituir este ingrediente por otras especias o hierbas que aporten sabor, al menos en aquellos momentos en que peor nos encontremos.
El maíz
Se trata de un alimento que contiene hidratos de carbono complejos - presentes también en las patatas, la avena o el trigo -. Este tipo concreto de hidratos tampoco se digiere adecuadamente en el intestino y puede generar flatulencias. Si vamos a consumir maíz es preferible que evitemos refrigerarlos y volver a calentarlos ya que aumenta la resistencia que podemos tener a la digestión de los almidones presentes en el maíz.
Algunas verduras
El brócoli, la coliflor, la lechuga, las alcachofas, los espárragos o las acelgas, entre otras pueden aumentar la producción de gases. También ocurre con otras hortalizas como el tomate o las zanahorias cuando no están bien cocinadas. Por ello, si sufrimos de gases es mejor evitarlos en ensaladas y comerlos bien cocinados.
En cuanto a las coles, el brócoli, etc., si no podemos sustituirlas por otros vegetales, lo más recomendable es asegurarnos de cocinarlas bien e intentar utilizar en su preparación hierbas carminativas - aquellas que favorecen la expulsión de gases - como el comino, el hinojo o el orégano. También es buena idea evitar combinarlas con alimentos grasientos, con otras verduras que produzcan gases o consumirlas por la noche.
Cebollas
Los defensores del uso de la cebolla para absolutamente todo estarán escandalizados al saber esto, pero el ingrediente estrella de cualquier refrito puede aumentar la producción de gases. El motivo es similar al de los ajos: las cebollas también contienen grandes cantidades de fructanos y nuestro cuerpo no siempre es capaz de digerirla bien.
No solo eso, sino que este alimento contiene un alérgeno que en algunas personas puede provocar cierto malestar estomacal e influir en la producción de gases que tienen. Igual que en el caso del ajo, podemos sustituirla por hierbas o especias, al menos durante los picos más graves de producción de gases.
Bebidas gaseosas
Las bebidas gaseosas no son recomendables para nadie, pero mucho menos para aquellas personas que sufren de una alta producción de gases. Se trata de un tipo de alimento que no nos aporta ningún tipo de nutriente y que, sin embargo, nada más consumirlos nos generan hinchazón y la aparición de gases.
Mención aparte merece la cerveza, que no solo se trata de una bebida gaseosa, sino que contiene carbohidratos de cadena corta y cereales como el gluten que pueden influir directamente en la producción de gases. El alcohol no es recomendable para ninguno de nosotros, pero si encima sufrimos de gases, **la cerveza es un no absoluto******.
Legumbres
Las legumbres son unas de las causantes de gases más conocidas para casi todos nosotros. Esto se debe a su alta cantidad en proteínas, azúcares naturalmente presentes y fibra, que el cuerpo puede tener problemas para digerir. Esto no quiere decir que debamos eliminarlas por completo de nuestra dieta, ya que se tratan de un alimento muy saludable, nutritivo y recomendable.
Lo que sí quiere decir es que, si tenemos tendencia a sufrir de gases, debemos tomar algunas precauciones para su consumo. Para empezar, antes de cocerlas es muy recomendable que pasen un tiempo prolongado a remojo. Además, cuando las estemos cociendo, se puede romper el hervor a mitad de dicha cocción. Cocinarlas con algunas especias, como el comino también puede ayudarnos. Es preferible que las consumamos durante el día en vez de por la noche.
Algunas frutas
El albaricoque, la piña, las pasas, las uvas, las ciruelas, las manzanas o incluso el plátano, suelen ser las frutas que más gases producen. Las culpables son el alto contenido en fructosa y fibra de estas frutas, que pueden resultar difíciles de digerir y aumentar la producción de gases. Una de las opciones que tenemos es evitar estas frutas, pero si no podéis - o no queréis - un buen truco es asegurarnos de consumirlas bien maduras y peladas.
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La noticia Cuando los gases dependen de los alimentos que tomamos: estos son los que debes evitar fue publicada originalmente en Vitónica por Iria Reguera .
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