La recomendación consensuada y general en la actualidad, es promover una pérdida de peso lenta y gradual para lograr buenos resultados, sin embargo, un reciente estudio muestra que dietas rápidas y lentas son igual de eficaces pero tienen diferentes efectos secundarios.
Datos del estudio
El estudio se realizó con 200 personas obesas de entre 18 y 72 años de edad, que fueron sometidos a un plan para perder peso de a poco, que duraba 36 semanas y consistía en restar 500 calorías diarias a su dieta, o bien, debieron llevar adelante un plan rápido de 12 semanas durante las cuales se consumieron entre 450 y 800 calorías totales cada día.
Se observó que el 81% de las personas que realizaron la dieta rápida y muy baja en calorías y el 50% de quienes realizaron el plan lento y gradual, lograron perder el 12,5% de su peso en el tiempo estipulado para cada grupo.
Después de ello, se los asigno a una dieta de mantenimiento durante un plazo de 3 años durante el cual, se observó una recuperación del 71% del peso perdido en ambos grupos, independientemente de la velocidad de la pérdida de peso.
Conclusiones
Siempre se ha creído que cuánto más agresiva es una dieta y mayor pérdida de peso produce en poco tiempo, mayores son las probabilidades de recuperar el peso perdido, pero en esta ocasión, no se han visto diferencias entre usar una dieta rápida y de muy bajo valor calórico o una dieta más flexible que genere una pérdida de peso lenta y sostenida.
Los investigadores señalan que además, las dietas rápidas y agresivas suelen estimular a seguir con la dieta porque generan resultados en poco tiempo, y ello, puede reducir la tasa de abandono de un tratamiento. Sin embargo, no consideran que con tan pocas calorías al día es muy difícil cubrir la ingesta de nutrientes necesarios para el organismo, ni cuidar que no se pierda masa magra de nuestro cuerpo.
Además, una restricción tan importante en la dieta puede afectar nuestro estado de ánimo, reducir el metabolismo y generar efectos nocivos a corto plazo como mareos, falta de atención y concentración, mal aliento y demás.
Las consecuencias de seguir dietas rápidas
Sumado a lo antes dicho, perder mucho peso en poco tiempo puede conducir a una pérdida de masa magra o muscular, y esto no se asocia a una mejor salud, pues lo importante es que la mayor parte del peso perdido sea grasa y para ello, los descensos lentos de peso son lo mejor.
Asimismo, en poco tiempo y exigiendo la ingesta de muy pocas calorías, resulta imposible estimular la adopción de hábitos alimentarios saludables que nos enseñen a comer de todo en cantidades adecuadas y logrando un equilibrio en nuestro día a día que, al mismo tiempo, no coloque al organismo en riesgo de sufrir carencias nutricionales.
Por ello, como siempre decimos en Vitónica, la clave para que una dieta nos ayude a perder peso con salud y sin riesgo de recuperar el peso perdido, radica en que dicho tratamiento, dieta o plan, produzca una efectiva modificación de hábitos, que difícilmente las dietas rápidas puedan lograr si nos incentivan a comer sólo 400 u 800 Kcal diarias.
Vía | The Lancet Diabetes & Endocrinology, Early Online Publication, 16 October 2014
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Imagen | Thinkstock y Thinkstock
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La noticia Dietas rápidas vs. dietas lentas: igual eficacia pero diferentes efectos secundarios fue publicada originalmente en Vitónica por Gabriela Gottau .
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