Junto a las ensaladas, las sopas y cremas frías son los platos que reinan en verano, especialmente el salmorejo y el gazpacho. Hidratantes y nutritivos, siempre apetecen incluso cuando más aprietan las temperaturas, y además son muy fáciles de preparar en casa. Si buscáis una versión aún más ligera de la original, esta receta de salmorejo sin pan puede convertirse en vuestra favorita.
La clave del éxito de un buen salmorejo está en la textura suave, melosa y más espesa que el gazpacho, además de tener un sabor más equilibrado. El pan es el ingrediente que ayuda a espesar la crema, pero podemos obtener una consistencia más que satisfactoria prescindiendo de él, para hacerlo más saludable y ligero.
Para lograr esa textura espesa sin pan, primero necesitamos tomates carnosos y bien aromáticos, en su punto de maduración pero que no sean demasiado acuosos. Los vamos a triturar enteros, sin pelar, por lo que un robot de cocina o una buena batidora serán una gran ayuda para lograr un resultado homogéneo.
Además ayudaremos a espesar la mezcla añadiendo huevo cocido, en principio una unidad grande para 1 kilo de tomates, aunque se puede agregar más en función de la textura deseada. El punto de ajo, vinagre y sal se pueden ajustar al gusto.
Empezar cociendo el huevo en agua hirviendo durante unos 10 minutos, retirar y refrescar. Podemos aprovechar para cocer más de uno, por si queremos agregar más cantidad o usar en la guarnición. Reservar.
Lavar los tomates. Retirar el pedúnculo superior y cortar en cuartos. Disponer en un recipiente o en la jarra de un robot o batidora, añadir 1/2 cucharadita de sal y mezclar. Dejar reposar 15 minutos para que empiecen a soltar sus jugos.
Pelar el diente de ajo (añadir más si se prefiere más fuerte, u omitir por completo), cortar por la mitad y extraer el germen. Añadir a los tomates y triturar todo en dos o tres tandas a buena potencia.
Pelar el huevo, trocear y añadir al tomate junto con el vinagre. Triturar un poco hasta integrarlo. Comenzar a añadir el aceite de oliva virgen extra a medida que seguimos triturando a velocidad media, dejando que caiga en hilo poco a poco, para que emulsione.
Se puede añadir más aceite o poner un pelín menos, siendo conscientes de que quedará más sabroso y aterciopelado si somos generosos. Una vez integrado, triturar todo unos segundos más para comprobar que ha quedado homogéneo, corregir de sal y enfriar en la nevera.
Con qué servir el salmorejo sin pan
Un buen salmorejo hay que servirlo frío, procurando que se atempere un poco si la nevera es muy potente, para que no mate todo el sabor. Tradicionalmente se acompaña de huevo picado, jamón o picos de pan crujientes, pero podemos tomarlo también con atún o bonito en escamas, pimiento verde picado o, realmente, lo que nos apetezca.
En Vitónica | Salmorejo de aguacate: receta saludable baja en carbohidratos y sin gluten
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La noticia Cómo hacer salmorejo sin pan: receta saludable ideal para el verano fue publicada originalmente en Vitónica por Liliana Fuchs .
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