Las medusas son animales muy antiguos y relativamente primitivos de un filo conocido como cnidaria. Lo que hace a estos seres más famosos es su molesta capacidad urticante, muy dolorosa o incluso letal a veces. Las medusas pican, sí, pero no tienen aguijón, al menos no visible.
¿Cómo funciona? ¿Y qué hay que hacer en caso de que nos pique uno de estos "bichos"? La laceración que provocan, en la mayoría de los casos, tiene poca solución. Lo único que nos queda es prevenir que la herida vaya a peores. Y no, la gran mayoría de remedios caseros no sirve para nada.
Medusas, ¿qué son y por qué pican?
Las medusas son un grupo de animales que aparecieron hace unos 500 millones de años. Desde entonces, aunque han evolucionado, no han cambiado tanto. Las medusas se alimentan de plancton y pequeños animales que cazan con sus tentáculos. Aunque tienen tejidos especializados y diferenciados, en realidad sus células tienen mucha autonomía.
A diferencia de los animales complejos, como nosotros, en general una medusa no depende directamente de todos sus tejidos para que estos sobrevivan. La medusa puede quedar varada en la playa y secarse mientras que parte de ella, como los tentáculos, pueden seguir vivos y activos.
Esto es una manifestación de su naturaleza primitiva (y terriblemente eficiente). Pero, ¿por qué pican? Precisamente, para cazar: las medusas son capaces de atontar y adormecer a las presas que se acercan demasiado, como pequeños peces. Una vez que estos se "enredan" en los tentáculos, quedan paralizados y la medusa se los introduce y comienza a digerirlos.
No solo los tentáculos contienen la capacidad de picar, al igual que no todas las medusas, ni todas sus partes, son peligrosas. Esto depende mucho de la especie con la que nos topemos. Por otro lado, existen algunas relativamente inocuas, como la "anémona" mediterránea, medusa huevo frito o Cotylorhiza tuberculata, cuyo veneno prácticamente no afecta a los seres humanos, mientras que otras son letales, como la avispa de mar.
Por otro lado, las medusas solo son una forma vital de los cnidarios, los cuales pueden presentarse como formas sésiles (por ejemplo los corales) y como larvas, que son una versión más pequeña de la propia medusa. En general, sus ciclo de vida es complejo y depende del grupo, de la familia o, incluso, del género y especie al que pertenezcan. Eso sí, lo que más acostumbramos a ver, por su inquietante forma, es a la medusa.
¿Dónde está el aguijón de la medusa?
Todo el mundo sabe lo molesta, o incluso peligrosa, que puede llegar a ser la picadura de una medusa. Pero, ¿dónde tiene el aguijón? Sí, las medusas pican, solo que no tienen uno, sino miles de aguijones minúsculos conocidos como cnidoblastos.
Estas son células modificadas conocidas que contienen un orgánulo conocido como cindocisto con un filamento duro, muchas veces erizado de púas. Al rozar el tentáculo, el cnidocisto se activa y el filamento sale disparado, como un microscópico aguijón que se clava en la piel de la víctima.
Estos flagelos pueden inyectar un veneno especial, citotóxico, es decir, que actúa a nivel celular y que puede ser muy intenso. Los cnidoblastos se encuentran en casi todo el animal, aunque los tentáculos y la boca son las zonas con más densidad de ellos por cuestiones obvias. También hay medusas que tienen muy pocas de estas estructuras o solo en zonas muy concretas.
Por ejemplo, mientras que Cotylorhiza tuberculata casi no provoca daño en el ser humano, la carabela portuguesa, Physalia physalis, es en realidad una colonia flotante de cnidarios con forma de medusa. Cada parte de la colonia se especializa en una función y, por eso, la parte superior, o su falsa umbela, no pica, sino que está preparada para mantenerse flotante, mientras que los tentáculos son extremadamente dolorosos.
En cualquier caso, es mejor no tocar ninguno de estos animales para evitar el daño. Las medusas inyectan varias toxinas, algunas especializadas en adormecer y provocar la parálisis. Una reacción alérgica puede resultar letal. En otros casos, como en los cubozoos (en especial en la avispa de mar), el veneno es extremadamente fuerte y puede llegar a matar a una persona en apenas minutos.
¿Qué hago si me pican?
Las toxinas de las medusas provocan un efecto celular inmediato y muy intenso. En el caso de que nos piquen, poco podemos hacer, aunque el daño suele ser localizado. Lo único que está en nuestra mano es tomar una serie de medidas para que no empeore la situación, infectándose, por ejemplo.
Lo primero que debemos hacer es retirar con cuidado los tentáculos. Estos siguen armados, por lo que hay que hacerlo evitando que contacten con otras partes de la piel para evitar nuevas picaduras. Una vez retirados, se debe lavar la zona, pero con agua salada o con bicarbonato. Es importante no lavarla con agua dulce para evitar la acción de las toxinas, que se rompan las células urticantes y se produza y un mayor daño a los tejidos. Nunca se debe frotar la zona.
No se debe usar, bajo ningún concepto, alcohol, amoniaco, vinagre o cualquier otra sustancia, incluyendo la orina, a pesar de lo que hayamos oído en alguna ocasión. Tampoco hay que aplicar vendajes o cubrir la herida, en la gran mayoría de casos. Por último, en caso de que la picadura provoque una reacción alérgica, hay que acudir inmediatamente a un médico para evitar que se produzca evitando que este desencadene un mal mayor. Al cabo de los días podremos usar una crema hidratante que ayude a mejorar el estado de la piel, pero del daño no podremos librarnos tan fácilmente.
Imágenes | Wikimedia
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La noticia Todo lo que tienes que saber sobre las medusas y sus picaduras fue publicada originalmente en Vitónica por Santiago Campillo .
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